SYSTEMSPRENGER

Pocas películas me han impactado tanto como esta. No es un decir. Es literal. 

Es más que probable que haga más entradas al blog comentando esta película porque me ha despertado demasiadas emociones diferentes y me ha hecho reflexionar sobre numerosos temas. Ahora mismo me gustaría centrarme en lo que me ha despertado a nivel de Zoe Moreno Berguío, la persona – no la futura educadora social. Aunque son la misma, las emociones son diferentes.

La simbología alrededor del personaje de Benni, como el abrigo rosa, o su inseparable muñeco, dejan constancia de seguir identificando su personaje con la infancia a la que debe hacer frente. Cuando era una niña me sucedió algo un tanto traumático, una situación completamente diferente a la de Benni, pero a la vez similar en un aspecto en el que no puedo dejar de pensar: éramos solo unas niñas.

Quizá esto parezca una obviedad y un tema poco profundo, pero para mí sí que lo es. Uno de los aspectos que más me han gustado de la película es que, a pesar de las salvajes situaciones y complicados momentos que se viven, no puedes olvidar por un segundo lo joven que es la protagonista.

Su querido muñeco del que no se separa o su abrigo rosa transmiten esa sensación de infancia, a pesar de que lo que está sucediendo en pantalla sea terriblemente injusto y difícil de ver.


Los adultos de su alrededor la tratan a menudo como a una menor, pero nosotros, tras la pantalla seguimos viendo solo a una niña.






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