“No he nacido para hacer esto”. Ese pensamiento lleva rondando mi cabeza desde la segunda semana de clases del primer año de carrera, y a día de hoy todavía pienso eso. Este es el único miedo del cual no me he podido deshacer, sentir que me he equivocado.
“Esto no es lo
mío”. Y es que quizás no lo es, quizás disfruto de los cuatro años de grado
pero no soy feliz trabajando de esto, quizás acabo el tercer año y me doy
cuenta de que no me gusta. ¿Y entonces qué? He perdido unos cuántos años de mi
vida, pero más importante todavía, recursos económicos. Hoy, mis padres,
afortunadamente, se pueden permitir pagarme los estudios, a pesar de ir becada.
¿Quién sabe si siempre podrán? No mucho tiempo atrás no habrían podido. Y si no
me becan por algún motivo, ¿entonces qué?
Mis padres se
han encargado de darnos, a mi hermano y a mí tanto como han podido, pero la
realidad es que se hacen mayores y mis abuelos ya no están para ayudarnos como
durante la última crisis. La que se nos viene ahora es peor, dicen.
No quiero estar
estudiando una cosa y descubrir que no es el que me hace feliz, porque entonces
estaré atrapada en una vida miserable y habré gastado un dinero que quizás nos
hace falta.
Dudo que este
miedo se vaya nunca, cuando has vivido situaciones económicas complicadas,
nunca vuelves a confiar ni a querer depender del dinero. Estos van y vienen. Lo
que sí espero es que esta asignatura, “Àmbits professionals actuals i emergents”
me ayude, no ha descubrir si valgo para ser educadora social, pero sí a
encontrar un foco donde poner toda mi atención sin que se me haga horriblemente
complicado.
Confío que
mediante las charlas que se produzcan en estas clases, pueda encontrar la chispa
que siento que me falta.
Comentarios
Publicar un comentario